Existen dentro de la literatura, el cine y las artes en
general representaciones sobre un mundo distópico, la mayoría de ellas llevadas
en el terreno de la ciencia ficción; así también existen las obras que realizan
una crítica social sobre las grandes diferencias económicas existentes en el
mundo actual, ejemplos se pueden enumerar un montón, de todos colores y
sabores, sin embargo ninguno o muy pocos habían logrado combinar ambos de la
manera en que lo hace “Parasite” la nueva película de Bong Joon-ho.
Sinopsis:
Ki-taek (Kang-ho Song) es el patriarca de una familia
sumamente pobre de Seúl, apenas pudiendo sobrevivir en un sótano, trabajando
armando cajas de pizza no parece haber mucho futuro. Todo cambia cuando su hijo
menor logra convertirse en el tutor de inglés de los Park, una familia
acaudalada. Una vez dentro el hijo logra, atreves de engaños, que toda su
familia sea contratada por los Park.
“Parasite” fue la flamante ganadora de la palma de oro en el
Festival Internacional de Cannes, y no es para menos, ya que es quizás la mejor
película del año. Todo este éxito en festivales y en crítica se debe a dos
grandes aspectos, su originalidad y su ejecución, es decir su guion y su realización,
en pocas palabras “la película es una joya de cabo a rabo”
La película salta de géneros de una manera magistral, yendo
de la comedia obscura hasta el thriller de una manera sutil y magnifica,
gracias a la excelente dirección, en la cual ningún cuadro tiene desperdicio
para contar la historia (incluyendo los más mínimos detalles). Además de eso el
director te va llevando junto con la historia para crear grandes momentos de tensión
e incertidumbre.
Si bien es cierto que todos los detalles técnicos son magníficos,
lo más importante es la manera en que nos plantea la separación de clase en
Corea del Sur, donde la diferencia entre ricos y pobres resulta sumamente
amplia (como en casi todo el mundo). Esta dicotomía nunca había sido presentada
de una manera tan interesante, manteniéndose siempre objetiva sobre la visión que
tienen los ricos de los pobres y viceversa, ninguno es mejor que el otro por su posición social. Esto resulta
sumamente interesante ya que en la mayoría de las películas donde se no muestra
una lucha de clases por lo general sólo se nos muestra un lado.
Divertida hasta ser hilarante, tensa al grado del suspenso, “Parasite”
resulta una auténtica joya y quizá la mejor película del año. Una historia
original, única y diferente que seguramente se volverá un referente para el género
y el tema, gracias a su narrativa podemos darnos cuenta que la distopía social
a la que tanto temíamos se encuentra presente el día de hoy.
DR. MUFFIN.
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