El fin de semana pasado se llevó acabo la subasta de
la obra “Girl whit balloon” del polémico artista urbano Banksy; todo parecía normal
y la obra había alcanzado un precio de más de un millón de libras, sin embargo
en el momento de cerrar la subasta la obra comenzó a destruirse. El mismo
Banksy público en su cuenta de Instagram como había instalado una trituradora
en el marco de la obra en caso de que esta fuera subastada.
Más allá de lo irónico del happening y sin conocer
las verdaderas intenciones del artista, lo que debería preocuparnos es las
reacciones del mercado del arte, ya que muchos expertos aseguran que este
suceso podría duplicar el valor de la obra, así es una obra casi triturada por
completo llegaría a costar más de dos millones de libras.
Lo anterior nos lleva a preguntarnos ¿existe espacio
para subversión y la ironía en el actual mercado del arte? Para contestar dicho
cuestionamiento debemos comenzar por aclarar algo, en el arte siempre ha
existido una academia o un mercado que legitima a los artistas según el canon
de la época y por lo general han existido movimientos que buscan romper con ese
canon. Otra cosa que vale la pena aclarar en que en la gran mayoría de los
casos los movimientos subversivos terminan por volverse el canon estético, las
vanguardias y el arte conceptual son un ejemplo.
Parece que en la actualidad al mercado del arte ya
nada lo sorprende, ya nada le molesta, más bien todo lo contrario todo lo que
podría causarle problemas lo adopta y lo vende más caro. Si bien lo realizado
por Banksy podría ser tomado por una genialidad o una contradicción, queda
claro que el suceso fue aprovechado, y el artista vuelve a estar en boca de
todos.
La respuesta a la pregunta inicial, por lo menos
bajo mi punto de vista, es un rotundo no, parece que gracias a la ultra
tolerancia actual ya nada lograra sorprender a aquellos que legitiman el arte y
por ello le encontraran algún valor. El artista puede llegar, hacer lo que
quiera y mientras lo justifique con un discurso, algún crítico, curador o
personaje con alguna influencia del arte se lo va comprar, incluso el destruir
su propia obra.
Quiero aclarar que no odio todo el arte contemporáneo
ni mucho menos, sin embargo pienso que resulta mucho más complejo hacer algo
verdadera mente genial o subversivo en un mercado tan dominante como el de las
artes plásticas. Así pues a Banksy le salió el tiro por la culata y su ironía sobre
el mercado del arte, termino siendo una ironía para el mismo.
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