El pasado cuatro de Julio se estrenó la muy esperada
tercera temporada de Stranger Things, la serie original de Netflix, con ocho
episodios la temporada resulta mucho mejor que la segunda (sin ser buena) pero
claramente inferior a su primera entrega. Lamentablemente los contenidos de
Netflix van decayendo de calidad y Stranger Things no es la excepción, aunque
para ser honestos es muy difícil que una serie conserve su calidad después de
un excepcional estreno, como es el caso, sin embargo la debacle tampoco es tan
enorme.
(Alerta de Spoilers)
En lugar de hacer una reseña de esta tercera
temporada resulta más importante analizar él porque es mala y como ha decaído la
serie comparándola con la primera en tres puntos primordiales: originalidad, predictibilidad
y verosimilitud.
Originalidad
Si bien es cierto que todas las temporadas de
Stranger Things se encuentran plagadas de referencias de todo tipo, la idea
resulta bastante interesante y original en su primera temporada, sin embargo en
esta tercera caen en todos los clichés posibles: los malos son rusos que además
tienen un súper soldado casi indestructible, hay que infiltrase en una base
secreta subterránea para destruir algo que significa el fin de la humanidad, se
obtiene ayuda de un villano para destruir el arma, otro de los villanos tiene
un momento de redención y termina siendo un héroe y todo ocurre el cuatro de
Julio (Día de la independencia estadounidense. Todos estos clichés, entre
muchos otros de esta temporada, ya lo hemos visto un montos de veces u ni los
desuellamentes la salvan.
Predictibilidad
Todo lo anteriormente mencionado hace de la
temporada sumamente predecible, al grado de que se pierde el interés, desde el capítulo
seis todo se ha resuelto y solo tienes que echarte dos capítulos más para verlo
hecho realidad. Esto hace que los momentos supuestamente más dramáticos (las
muertes) pierdan fuerza. Incluso el hecho de que once pierda sus poderes no
resulta sorprendente, de hecho resulta entendible cuando analizas la temporada.
Verosimilitud
Aquí viene el mayor problema de toda la temporada, más
allá de la falta de originalidad y lo predecible que es, todo lo ocurre en esta
ocasión resulta completamente inverosímil. Primero debemos aclarar una cosa, no
existen los desuellamentes ni nada parecido en la realidad, a lo que me refiero
con verosimilitud es que una vez que se crea un universo televisivo, cinematográfico
o literario, este debe seguir ciertas reglas creadas por el autor, así cada
suceso en el relato resulta justificado.
Mucho de los sucesos de la tercera temporada son
realmente inverosímiles, al grado que la propia serie se burla de lo mismo,
como es que dos niños y dos adolescentes logran descifrar e infiltrarse en una
base súper secreta rusa y además escapar de la misma. No obstante eso no es lo
más preocupante, lo compramos, lo que si no tiene sentido es el origen de los
desuellamentes y por qué el Demogoron sobrevivió después de que once cerro el
primer portal, ya que si al cerrarse el portal en esta temporada el Demogoron
muere ¿cómo demonios sobrevivió al final de la segunda? Ninguna explicación
resulta lógica dentro del propio universo de Stranger Things.
Al final resulta realmente triste que una serie se
alargue de manera innecesaria y sin sentido, si Stenger Things se hubiera
tratado de una miniserie en su primera temporada habría sido genial o si como pensé
que sería, una serie de eventos extraños alrededor de Estado Unidos, no tendría
objeción. Pero lamentablemente la realidad es distinta y esta tercera temporada
resulta mejor que la segunda, sin embargo completamente inútil e innecesaria.
DR. MUFFIN
P.D. Pido encarecidamente a Netflix que pare de
hacer temporadas de Stranger Things ya que una cuarta sería una verdadera
locura, gracias.
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